EUCARISTÍA EN LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS El jueves 1 de Noviembre
EN LA CATEDRAL DE SAN ERIK
HORARIO: 8:00, 11:00 horas (sueco)
17:00 HORAS , celebrada por nuestro obispo Anders. (En sueco)
En Roma, el emperador Focas entregó el Panteón, templo pagano de la ciudad dedicado a los dioses, al papa Bonifacio lV, el cual trasladó allí numerosas reliquias de mártires y, a principios del siglo Vll, lo dedicó a "santa María, y a los Mártires". Más tarde, se amplió el título dedicatorio: "Ala
Virgen y a todos los santos". Así se fue extendiendo
paulatinamente esta solemnidad a toda la Iglesia y, finalmente, el papa Gregorio IV
dispuso que se celebrara el primero de noviembre.
Celebramos en una sola festividad los méritos de todos los santos
A lo largo del año litúrgico vamos celebrando solemnidades, fiestas y memorias de aquellos hermanos nuestros quela Iglesia reconoce como
modelos de perfección cristiana y que llama "santos".
Los santos son aquellos cristianos que han sobresalido de una manera extraordinaria por su virtud o que se han configurado plenamente a Cristo por el sacrificio martirial. Cuando celebramos un santo, celebramos esta configuración plena con Cristo que acaece por la donación generosa de la vida por el Evangelio y alcanza su perfección en la resurrección futura, cuando se manifieste plenamente nuestra filiación divina.
En las celebraciones de los santos celebramos sobre todo la santidad de nuestro Señor Jesucristo que se ha realizado en grado extraordinario -heroico- en estos hermanos nuestros que ya han llegado al término de su peregrinaje por este mundo. Pero, con esta afirmación, no negamos que, en el transcurso de la historia, haya habido muchos otros hombres y mujeres merecedores del mismo reconocimiento, pero quela Iglesia no ha proclamado
públicamente ni ha propuesto de una manera oficial como modelos de perfección
cristiana.
Es cierto que la santidad es esencialmente una: la que nos comunica la gracia de Dios que actúa en nosotros. Ahora bien, nuestra correspondencia a la gracia hace que ésta se desarrolle en cada uno de nosotros de una manera diferente. Esto es lo que nos describe con toda la plasticidad, el colorido, la luz y la vida de un retablo la primera lectura que acabamos de escuchar. ¡Regocijémonos, hermanos! La fiesta de de todos los Santos llena de gozo a todala Iglesia. Esta
muchedumbre inmensa de hermanos nuestros que, pasando por una vida llena de
dificultades, como la nuestra, han sabido abandonarse en las manos de Cristo
Jesús, ahora, gracias a El mismo, gozan ya de la misma vida divina, ven a Dios
tal cual es y cantan con voz potente por toda la eternidad las alabanzas del
Dios que es Vida.
Esta celebración nos exige individual y comunitariamente el compromiso con el Evangelio, dirigido a todos los hijos del Reino. Que por la intercesión de todos los santos, hermanos nuestros, podamos llegar también nosotros a la santidad, que es la plenitud del amor de Dios, la manifestación plena de la filiación divina.
EN LA CATEDRAL DE SAN ERIK
HORARIO: 8:00, 11:00 horas (sueco)
17:00 HORAS , celebrada por nuestro obispo Anders. (En sueco)
El
origen de la solemnidad de Todos los Santos
El origen de la celebración colectiva de todos
los santos hay que buscarlo tanto en la piedad popular hacia los mártires como
en la reflexión teológica posterior a la celebración de los natalicios de los
mismos. A partir de la segunda mitad del siglo lV, el calendario de Nicomedia
señalaba para el viernes de la octava de Pascua la fiesta de "todos los
santos confesores".En Roma, el emperador Focas entregó el Panteón, templo pagano de la ciudad dedicado a los dioses, al papa Bonifacio lV, el cual trasladó allí numerosas reliquias de mártires y, a principios del siglo Vll, lo dedicó a "santa María, y a los Mártires". Más tarde, se amplió el título dedicatorio: "A
Celebramos en una sola festividad los méritos de todos los santos
A lo largo del año litúrgico vamos celebrando solemnidades, fiestas y memorias de aquellos hermanos nuestros que
Los santos son aquellos cristianos que han sobresalido de una manera extraordinaria por su virtud o que se han configurado plenamente a Cristo por el sacrificio martirial. Cuando celebramos un santo, celebramos esta configuración plena con Cristo que acaece por la donación generosa de la vida por el Evangelio y alcanza su perfección en la resurrección futura, cuando se manifieste plenamente nuestra filiación divina.
En las celebraciones de los santos celebramos sobre todo la santidad de nuestro Señor Jesucristo que se ha realizado en grado extraordinario -heroico- en estos hermanos nuestros que ya han llegado al término de su peregrinaje por este mundo. Pero, con esta afirmación, no negamos que, en el transcurso de la historia, haya habido muchos otros hombres y mujeres merecedores del mismo reconocimiento, pero que
Es cierto que la santidad es esencialmente una: la que nos comunica la gracia de Dios que actúa en nosotros. Ahora bien, nuestra correspondencia a la gracia hace que ésta se desarrolle en cada uno de nosotros de una manera diferente. Esto es lo que nos describe con toda la plasticidad, el colorido, la luz y la vida de un retablo la primera lectura que acabamos de escuchar. ¡Regocijémonos, hermanos! La fiesta de de todos los Santos llena de gozo a toda
Esta celebración nos exige individual y comunitariamente el compromiso con el Evangelio, dirigido a todos los hijos del Reino. Que por la intercesión de todos los santos, hermanos nuestros, podamos llegar también nosotros a la santidad, que es la plenitud del amor de Dios, la manifestación plena de la filiación divina.
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